martes, 10 de julio de 2012

DEL MELÓN Y SUS PELIGROS


En el refranero se recoge el siguiente consejo: "El melón en ayunas es oro, al mediodía plata y por la noche mata". El melón podía, además, ser fuente de serios riesgos y no por razones digestivas. Algo de esto sabía Juan de Montilla, vecino de Jaén, aporreado a principios de septiembre de 1768 "en el sitio de la Fuente de la Zarza, donde estaba guardando un melonar suio propio, por impedir a dos hombres que en él estaban cogiendo melones". No debió de ser el lance de capa y espada sino de garrote y árnica. Tampoco imaginamos a Scaramouche defendiendo melonares.

9 comentarios:

  1. Me gusta el melón, una fruta bien refrescante y agradable, cuando sale bueno, difícil de saber si no se está dentro. Los de Villaconejos tienen fama. Y conozco el refrán. Lo cierto es que nunca lo tomé por la noche. Si es costumbre debida al refrán, no lo sé. Un saludo.

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  2. Siempre me ha gustado el melón y lo como a cualquier hora del día, incluso de noche, aunque no se debe abusar porque se vuelve indigesto. Esa historia me recuerda a mi abuelo que guardaba el melonar con gran celo no fueran a robarle sus frutos, aunque nunca llegó a tener problemas.
    Un saludo.

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  3. Tampoco conozco yo si tiene o no fundamento esta creencia. En el XVII se tenía, además, una gran prevención hacia los pepinos por ser,supuestamente,indigestos.

    Saludos señor DLT.

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  4. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  5. Cada cual tiene derecho a proteger lo que es suyo. Bien hacía su abuelo.

    Saludos señor de Valverde.

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  6. ¿Sabes cómo se llama aquí asaltar campos ajenos para robar comida? Ir de tonda. Creo que a Juan de Montilla los que iban de tonda le trataron sin piedad, ya bien fuera por la mañana, tarde o noche. Se le indigestó el melón y eso que no lo comió.
    Saludos

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  7. Me ha recordado que hace unos seis años tuve que pagar ciento y pico de euros en melones, que se comió y devoró una yegüa vieja que tenía, la cual se me escapó una noche y no dejó un melón vivo en todo el melonar, mordiéndolos y destrozándolos, una escabechina preparó. Llegué a un acuerdo civilizadamente con el propietario de la huerta y se los pagué, pero no se pudo comer ni uno el hombre.

    Un saludo.

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  8. Es una curiosa expresión ésta de "ir de tonda". Dada la airada reacción, naturalmente previsible de los hortelanos y guardas, debía de ser, además, actividad de alto riesgo.

    Saludos doña Carmen.

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  9. Su yegua actuó de acuerdo con su naturaleza y debió de sentirse muy afortunada. Supo aprovechar la ocasión sin duda. Es muy jocoso su comentario y merecería, creo yo, una descripción más detallada que, debido a su buen estilo, sería de gratísima lectura en su blog.

    Saludos don Eduardo.

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