viernes, 16 de marzo de 2012

MORTIFICACIONES Y AYUNOS DE FUMADORES Y GOLOSOS

Ahora que estamos en Cuaresma no desentona recordar que, en los siglos XVII y XVIII, los españoles plantearon enconados debates sobre si fumar o beber chocolate rompía el preceptivo ayuno. Se publicaron tratados muy concienzudos dedicados a esta cuestión, como el de León Pinelo, de 1636, titulado Cuestión moral si el chocolate quebranta el ayuno o el escrito por Tomás Hurtado,editado en Madrid pocos años después, Chocolate y tabaco. Ayuno eclesiástico y natural si éste le quebranta el chocolate; y el tabaco al natural para la Sagrada Comunión. La polémica al respecto no era fácil de cerrar ni de resolver. No era para menos pues el católico de a pie no quería verse en el Purgatorio por una jícara de más, ni en el comprometido trance de dar unas desmañadas y titubeantes explicaciones el día del Juicio Final por haber aceptado una ruin tagarnina o un cigarro de hila y contrabando. De mediados del siglo XVIII es la obra El ayuno reformado, según práctica de la primitiva Iglesia por los cinco breves de nuestro Santísimo Padre Benedicto XIV, de la que es autor fray José Vicente Díaz Bravo, carmelita observante. Aquí se precisan algunos aspectos. Así, afirmaba fray José  con rotundidad, el chocolate es alimento y no bebida aunque una jícara regular de una onza al día, pero no de más, no rompía el ayuno. Fortalecía su argumento con que era una práctica admitida incluso en Roma y fundamentada en pareceres de "hombres doctos  timoratos " de todo el clero español  entre los que se contaban arzobispos, obispos, religiosos y catedráticos de Vísperas, Prima y Cánones de la Universidad de Salamanca. Por "timoratos" entiendo que no eran de manga ancha y, por tanto, dados a la permisividad y a interpretaciones festivas de las normas. Además las señoras, así lo indicaba el autor, que estuviesen acostumbradas a tomarlo por la tarde podían dividir la onza en dos raciones, una matutina y otra vespertina, sin quebrantar el ayuno. No era esto lo ideal ni propio de santas pero, a fin de cuentas, justificaba tal licencia por ser el chocolate "alimento dominante" que "no se toma cuando el sugeto quiere, sino es siempre que quiere el chocolate".

12 comentarios:

  1. La pronunció don Juan Palafox, que fue obispo del Burgo de Osma, que era muy aficionado al chocolate, y que dijo que se privaba de él “no por mortificarme, sino por ser dueño de mi persona, porque, habituado a él, uno no lo toma cuando quiere, sino cuando lo quiere él”. En fín tanto en entonces como ahora es un muy buen alimento.
    Saludos.

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  2. Un ayuno en el que se admitía un chocolate, no sería de damas santas, pero aseguraba una cuaresma más llevadera.
    Se devanaban el seso son el sexo de lo ángeles.

    Tenga usted un buen fin de semana.

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  3. Claro, ahora entiendo yo el tan traído y llevado por las crónicas históricas hecho de que a Carlos II le entrase el demonio en el cuerpo a través de una jícara de chocolate, si de por sí su contenido era pecado en si mismo...
    Saludos

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  4. ¡Qué curioso debate! Quién iba a decir que un alimento como el chocolate iba a suscitar tanta polémica, pero por la frase final y la aclaración de "desdelaterraza", parece que la adicción que se tenía por el dulce era muy grande.

    Un saludo!

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  5. Un tema, el del ayuno y la abstinencia, que siempre ha traído comentarios y opiniones. Yo conocí a un cura que tenía su original visión del asunto. Decía: un hombre rico se abstiene de comer carne para cumplir el precepto y en su lugar se zampa una langosta. Se muere y va al cielo porque no pecó. Un pobre, que no tiene muchas posibilidades para elegir, se come entre pan un "cacho" de tocino rancio y amarillo. Se muere y va al infierno. Decía el cura: esto no puede ser. Aquí hay algo que me chirría.
    Un saludo.

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  6. Así es señor DLT. Además dice el carmelita,autor del escrito que nos ocupa, que el obispo Palafox "vivió en la India". Es motivo de orgullo para este cuaderno tener lectores tan eruditos como usted.

    Mis saludos.

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  7. Pues sí, que no todo el mundo estaba llamado al camino de la ascética. Ni siquiera durante las semanas de la Cuaresma. Tampoco ofenderían a Dios con media onza de chocolate y otra más por la tarde.

    Mis saludos doña Amaltea.

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  8. Lo de la afición al chocolate era general.Desde el Rey a los menestrales pasando por el clero y las señoras de lustre y estrado. Que se escribiesen concienzudos tratados al respecto indica, creo yo,la querencia de los españoles hacia este brebaje.

    Mis saludos doña Carmen.

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  9. Y además, doña GC, que estuviesen dispuestos incluso a entrar en terrenos de dudosa licitud, en cuanto al cumplimiento estricto de las obligaciones cuaresmales. No en vano, todos estas argumentaciones eran, en cualquier caso, para facilitar el consumo de chocolate sin dejar de cumplir los mandatos de la Iglesia.

    Mis saludos.

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  10. No creo que, actualmente, la Iglesia considere que se pueda perder el alma por un bocadillo de mortadela. Y lo digo sin la menor ironía. Era otra forma de religiosidad la de aquellos siglos. El respeto a los ritos y las prácticas ascéticas forman, sin embargo, parte sustancial de todas las grandes religiones y respetable para aquellas personas que, por convicción o tradición,los quieran seguir.

    Saludos don Cayetano.

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  11. Anda que no alimenta el chocolate, da energías, pero lo interesante es que ya se sabía que podía ser adictivo así como el tabaco.
    Lo importante en el ayuno es que te quites de algo que te suponga esfuerzo, sino no vale de nada, o al menos eso creo yo que no soy doctor de la iglesia.
    Un saludo.

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  12. Eso es lo que yo creo.

    Mis saludos señor de Valverde.

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