domingo, 11 de marzo de 2012

LA GRAN AVENTURA DEL BRIGADIER DON PEDRO DE RIVERA, LA FRONTERA Y LOS COMANCHES


Don Pedro de Rivera nació en Antequera a finales del siglo XVII. Sentó plaza de soldado y pasó a Indias donde participó, con valor probado, en arriesgados lances y acciones de guerra contra corsarios ingleses y otra gente de cuidado. En 1713 era general de la Armada de Barlovento y gobernador de Taxcala entre 1711 y 1723, entre otros empleos y merecidas distinciones. En noviembre de 1724 inició un largo viaje por el norte de Méjico y el sur de los actuales Estados Unidos para inspeccionar los fuertes y presidios de la América septentrional española. La expedición tuvo una duración de tres años y nueve meses, recorrió a caballo casi 13.000 kilómetros. En su diario describió, con tanta sequedad militar como elegancia, fuentes, ríos, arroyos, flora, fauna, pueblos, minas, comunidades indias, misiones y guarniciones, redactó informes, escribió proyectos, denunció abusos y aconsejó reformas al marqués de Casa Fuerte, entonces virrey de Nueva España. Nada escapaba a su curiosidad de ilustrado de primera hora. Ni los olores del campo. Entre Santa Fe y El Paso pudo observar a los comanches y "habiéndome parecido ser singular esta nación, la puse en la descripción para su noticia". Dio cuenta de su vida nómada, de sus hábitos marciales e ignorado origen "porque siempre andan peregrinando y en forma de batalla, por tener guerra en todas las naciones, y así se acampan en cualquier paraje, armando sus tiendas de campaña que son de pieles de cíbolas, y las cargan unos perros grandes que crían para este efecto". Comerciaban con pieles y cautivaban a otros indios, siempre que fueran de poca edad "porque los grandes los matan". Llamó la atención del Brigadier su vestimenta que "en los hombres no pasa del ombligo y el de las mujeres no pasa de la rodilla". Después, a la vuelta de este gran aventura, don Pedro fue nombrado capitán general de Guatemala, donde residió. Imagino a don Pedro de Rivera, allí en la Capitanía,  desasosegado y nostálgico de los grandes espacios, mortificado por el obispo fray Pedro Pardo por cominerías de protocolo.

Brigadier Pedro de Rivera, Diario y derrotero de la visita a los presidios de América septentrional española (1724-1728), edición de Vito Alessio Robles, Algazara, Málaga 1993.

16 comentarios:

  1. No parece un personaje de los que les gustara permanecer sentado mucho tiempo, no. Se ve que había nacido aventurero.

    Feliz domingo

    Bisous

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  2. Qué energía y valor, el personaje que nos trae hoy, y otros tantos como él, poseían un coraje, curiosidad y resistencia física y mental que apenas podemos imaginar.
    Sin posibilidad de ser rescatados y enfrentándose a mil peligros. En un futuro, quizás los expedicionarios espaciales en busca de nuevos mundos serán comparables a los conquistadores españoles.

    Un abrazo

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  3. Me encanta esta parte de la historia española por las fronteras del Nuevo México, muy olvidada, y eso que las tuvimos grandes con apaches, comanches y otras tribus antes de que los yanquis fueran tan siquiera eso, yanquis.

    Ya José Cadalso en sus "Cartas marruecas", un poco después pero en ese siglo escribía:

    "¿Se ha aparecido alguna nueva nación de indios bravos y han invadido el Nuevo Méjico por el norte?".

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  4. Casi cuatro años. Eso sí es una expedición, sí señor.
    Un saludo.

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  5. Un personaje tan inquieto y minucioso no creo que soportara bien un trabajo tan burocrático en Guatemala.
    Un saludo.

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  6. Nada hay como viajar, conocer otras culturas y otras gentes, para que desaparezcan fobias y crezcan alas para volar lejos de la rigidez burocrática de cada día.
    Un saludo.

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  7. Es muy cierta su apreciación. Debía de tener un espíritu inquieto el olvidado don Pedro de Rivera.

    Mis saludos Dame Masquée.

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  8. Y es de destacar,doña Amaltea, que eran personajes de vida oscura. Ya habían pasado los años de las grandes conquistas y, a pesar de todo, seguían los españoles poniéndose el mundo por montera.

    Mis saludos.

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  9. Es muy a propósito la cita de Cadalso. Era la nueva frontera del Imperio español la que recorría don Pedro.

    Mis saludos don Eduardo.

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  10. Sería ya una forma de vida más que un viaje, ¿no le parece señor DLT?.

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  11. Cabe pensar que tendría momentos de tedio y que se sentiría como gato enjaulado.

    Mis saludos señor de Valverde.

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  12. Así es don Cayetano. Si se piensa, la España del XVIII fue también muy viajera.

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  13. Aventureros, hombres hechos de otra pasta, ávidos de emociones fuertes, sin temor a la penuria ni a la muerte.
    Saludos

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  14. Unon de aquellos militares aventureros de aquellos tiempos, con la suficiente disciplina y curiosidad como para tomar datos que hoy nos sirve para saber cómo era aquella sociedad de frontera.

    Un saludo.

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  15. Es además de una generación posterior al reinado de Carlos II. Todavía era España capaz de criar personajes de este temple.

    Saludos.

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  16. Eran hombres de otra pasta.

    Mis saludos doña Carmen. Y ruego perdone usted la tardanza de mi comentario.

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