domingo, 19 de febrero de 2012

PAVOS PERDIDOS EN LA CORTE

En el Diario de Madrid de 29 de enero de 1788 se publicó la siguiente noticia: "El 26 se extraviaron 4 pavos cebados en las inmediaciones de los Caños del Peral. Se entregarán al sargento de Inválidos que está a la puerta del coliseo de la Ópera". Cuatro pavos cebados sueltos en Madrid, o en cualquier ciudad de la época, cuando la escasez era la norma, tenían escasas posibilidades de ser devueltos a su legítimo propietario.Causa cierto asombro la ingenuidad y el optimismo del anunciante. Por algo era el siglo XVIII.

21 comentarios:

  1. Ya me imagino que los pavos no aparecieron. El que se los encontró todavía se está relamiendo.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  2. Sí, seguro que para cuando se publicó la noticia en el diario, los pavos ya estaban en el estómago de alguien, haciendo buen provecho. Pero eran tiempos en los que aún se creía en la honradez, al parecer.

    Buenas noches

    Bisous

    ResponderEliminar
  3. Ay, que inocente anuncio. Tienes toda la razón, los pobres pavos no llegarían vivos ni a la hora de la cena...

    Un saludo!

    ResponderEliminar
  4. Toparse con ellos daría menos miedo que con los lobos de la anterior entrada
    y en esta ocasión la faja a lo mejor valía para atarlos.

    Saludos.

    ResponderEliminar
  5. Muy bueno, ¡quién pillara hoy esos pavos!
    Provoca hilaridad.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  6. Gran alegría debieron causar esos pavos cebados a aquel que los encontrase y, sin duda, gran festín, en silencio, debieron pegarse.

    Un regio saludo,

    ResponderEliminar
  7. La cosa es que informa de su estado: cebados. Las reclamaciones de la propiedad de los pavos debió de ser considerable. No sabemos si los hermosos pavos acabaron en manos del sargento de inválidos.
    Saludos.

    ResponderEliminar
  8. La merienda debió de ser, don Cayetano, para recordarla durante treinta o cuarenta años.

    Saludos.

    ResponderEliminar
  9. Es que da que pensar la noticia. A lo mejor no era ingenuidad sino confianza en una honradez que la gente, quizás, tenía más de lo que nosotros podemos creer.

    Saludos Dame Masquée.

    ResponderEliminar
  10. Quién sabe, doña GC, si alguno de ellos sobrevivió y pasó grandes aventuras por las calles de Madrid.

    Mis saludos.

    ResponderEliminar
  11. No crea usted, don Eduardo,que hay pavos de mal humor que se arrancan y acometen. Que yo los he visto.

    Saludos.

    ResponderEliminar
  12. Decían ser unos lucidos pavos.

    Mis saludos señor de Valverde.

    ResponderEliminar
  13. Gran festín en tiempos de penuria. Y cuatro pavos bien cebados dan para muchas raciones.

    Saludos Don Carolus.

    ResponderEliminar
  14. Hace usted bien en sospechar del sargento de Inválidos. De portero en un local del siglo XVIII también debió de aprender lo suyo. Allí, por la noche, con todo tipo de gente.

    Mis saludos doña Amaltea.

    ResponderEliminar
  15. Me parece que de los pavos cebados no quedaron ni las crestas.
    Saludos

    ResponderEliminar
  16. Además, señor del Retablo, mire que tuvieron poca vista los dueños. Si al menos hubieran ofrecido una recompensa, igual hubieran hecho mella en alguna conciencia. Difícilmente, pero ¿Quien sabe?
    Saludos.

    ResponderEliminar
  17. No se preocupen que están a buen recaudo...

    ResponderEliminar
  18. La tacañería nunca es buena consejera señor de la Terraza.

    Mis saludos.

    ResponderEliminar
  19. No parecen quedar muchas dudas al respecto.

    Reciba mis saludos don Javier.

    ResponderEliminar