domingo, 29 de enero de 2012

UN ESPAÑOL EN LA GRANDE ARMÉE


Manuel Antonio López nació en Mellid, La Coruña, en 1787. En 1802, con quince años, sentó plaza de soldado voluntario en el Regimiento de Asturias. Dos años más tarde ascendió a sargento y participó en las campañas contra Inglaterra en 1805 y 1806. En 1807 fue enviado al norte de Alemania y Dinamarca en la expedición mandada por el marqués de la Romana. Una parte considerable del contingente español decidió, con ayuda británica y no sin grandes riesgos, volver a España para luchar contra los franceses tras los sucesos del dos de mayo de 1808. Hubo, sin embargo, españoles que optaron, o fueron obligados, a permanecer bajo las banderas de Bonaparte. Manuel Antonio López fue uno de ellos. Las razones de esta decisión son difíciles de conocer. Pudieron ser escrúpulos de honor, la confusión de los tiempos, la fascinación ejercida por Napoleón o la atracción de la aventura y del azar. No le faltó coraje a nuestro personaje. Sirvió en el Elba, recibió un bayonetazo en la batalla de Lützen, un tiro en un pie en la de Leipzig y le hirieron en la cabeza con un sable durante la jornada de Hanau. Su gran aventura tuvo lugar en 1812 cuando el Emperador ordenó la invasión de Rusia. Allí estuvo López. Encuadrado en los batallones españoles del Primer Ejército, pasó el Niemen y el Duina y llegó a entrar  Moscú. También fue uno de los supervivientes de la desastrosa retirada de la Grande Armée. Dejó constancia escrita de los hechos: "Cruzamos un territorio muy boscoso que ofrecía muchos claros de donde salían de improviso masas de cosacos". Por la noche, recordaba, "dormíamos en cuadro, turnándose dos filas en pie y una sentados", con un frío terrible y siempre hostigados por los rusos. Fue testigo, al final, de la caída de Napoleón y con la vuelta de los Borbones quedó Manuel López, capitán y caballero de la Legión de Honor, en una difícil situación, sin poder volver a España, oficial de un ejército derrotado y, al fin y al cabo, extranjero en Francia. Esta incertidumbre se despejó a los pocos años pues en 1818 obtuvo la nacionalidad francesa y continuó su carrera militar,con numerosos ascensos y distinciones. Obtuvo su retiro en 1845. Fue un personaje conradiano o como los que aparecen en las páginas de Grandeza y servidumbre militar de Alfred de Vigny. Murió en Guingamp, Bretaña, el 14 de marzo de 1862.

Los datos biográficos están recogidos en el estudio del comandante Paul Boppe, Los españoles en el ejército napoleónico, (edición en español, Málaga 1995)

20 comentarios:

  1. Magnífico retrato de un desarraigo azaroso, de un verdadero héroe trágico.
    Magnífica entrada.
    Cordiales saludos.

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  2. Hay algunos cuya trayectoria azarosa se parece a la de los gatos, que siempre caen de pie y tienen siete vidas a pesar de todo.
    Un saludo.

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  3. Bien lo describe usted: "desarraigo azaroso". Y creo yo que su vida fue, en efecto, trágica como sólo puede serla la de los que se afanan entre los escrúpulos de honor y el remordimiento.

    Mis saludos don José Miguel.

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  4. Pensaría la razón por la que a él le era ofrecido todo ese escenario de la Historia. Y al fondo el enigma de su supervivencia.

    Saludos don Cayetano.

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  5. Fue un hombre de suerte y vida larga. Tantos avatares bélicos y acabó disfrutando del sosiego de la jubilación.

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  6. Que tiempos aquellos, en que te hacias hombre con quince años y hasta sargento con diecisiete.

    La vida había que apurarla desde el primer día. Solía ser corta para la mayoría.

    Por cierto, ¿no hizo esta entrada o una muy parecida? Me suena haber leido algo así...

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  7. Murió a los 75 años, que en aquella época era una edad bastante avanzada. Nace cuando reina en España Carlos III.Vive años decisivos y en lugares de enorme riesgo. Son vidas terribles y apasionantes.

    Saludos doña Amaltea.

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  8. También he pensado yo en esto que usted, tan oportunamente, indica. A los 17 años ya estaba al frente de soldados. Y pasó de soldado raso a jefe militar.
    Respecto a la entrada, en efecto,publiqué una relacionada con la expedición del marqués de la Romana y que aparece enlazada en ésta de hoy pero no es la misma.

    Saludos.

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  9. Increíble su historia. No conocía que hubiese batallones españoles en la Grande Armée. Sin duda nuestro protagonista tuvo una vida intensa, me pregunto qué pasaría por su cabeza al saber que sus propios compañeros de filas fueron los que entraron en España a sangre y fuego...

    Como siempre gracias por su fabulosa entrada :-)

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  10. El destino lo sacó de España para llevarlo por toda Europa hasta Rusia, realmente asombrosa su vida, las noticias sobre los acontecimientos de España le llegarían tarde y desde un punto de vista francés. Debe ser muy interesante ese libro sobre los españoles en el ejército napoleónico.

    Un cordial saludo.

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  11. Una vida plagada de aventuras que parece sacada de una novela.
    Un saludo.

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  12. Así lo afirma el comandante Boppe,señor de Mingo. Y sin duda está usted en lo cierto pues el valeroso López tendría sus reservas y remordimientos y, tengo por seguro,que se preguntaría si su sitio estaba en Rusia o en las serranías españolas al frente de una partida. En cualquier caso, yo al menos, si fue valiente y hombre generoso, lo dispenso de su responsabilidad histórica.

    Saludos.

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  13. En su destino del Norte de Europa las noticias llegaban a duras penas y con todos los obstáculos posibles puestos por los franceses. La confusión, en efecto, estaba servida. Después hubo no pocos, entre los que pudo estar López, que veían en el abandono de sus puestos una negligencia en el cumplimiento de sus deberes militares. La razón, sin embargo, estaba en sus compañeros de armas que volvieron a España a combatir contra aquél que la había invadido. Es decir,contra Napoleon.

    Saludos don Eduardo.

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  14. Me ha recordado mucho a los personajes de Los duelistas, de Conrad. O a los de su relato "El alma del guerrero".

    Saludos señor de Valverde.

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  15. Sin duda un personaje singular, tocado con la suerte en el campo de batalla. Mucho vivió e intensamente. Gracias por presentarnos a este personaje, del que no sabía nada, y que merece ser conocido. Un saludo.

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  16. A veces tachamos a los afrancesados de antipatriotas de manera voluble y sin fundamento alguno, pero nunca se me había ocurrido que algún español pudiera luchar a las órdenes de Napoleón. Un personaje de novela.
    Saludos

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  17. Es un personaje de indudable interés. Espero haber conseguido dar, al menos, un pálido reflejo de lo que debió de ser una personalidad tan poderosa.
    Gracias por su comentario señor DLT.

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  18. Y más comprendo a López que a los afrancesados convencionales. Saludos doña Carmen.

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  19. ¡Qué historia tan apasionante la de ese hombre! Y ¡qué bien la cuenta usted!
    Precisamente, estos días, estoy estudiando sobre la campaña de Egipto y Siria del ejército de Napoleón, cómo siempre desde mi perspectiva profesional. Algo publicaré pronto en mis blogs. Procuraré hacerlo tan bien como usted.
    ¡Un abrazo!

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  20. Espero leer sus excelentes trabajos. Nunca dejo de aprender con ellos. Y,como siempre, gracias por su principesca generosidad.

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