lunes, 21 de noviembre de 2011

LOS TOROS DE EJEA DE LOS CABALLEROS EN 1793

El Correo mercantil de España y sus Indias, correspondiente al día 21 de febrero de 1793, da cuenta del ganado de  Ejea de los Caballeros. Afirma que "el bacuno apetece por lo comun un terreno abundante de aguas, y que produzca esparto  y otras matas bajas" y que, por tener la villa tales atributos y "ser muy dilatadas sus llanuras", se crían sus afamados toros bravos "buscándolos a porfía todas las capitales de España, sin excluir la Corte, en cuya plaza se han corrido diferentes veces, y señaladamente sirvieron de diversión de SS.MM. en la plaza mayor con motivo de la Real Jura del Príncipe N.S.". Sigue el artículo con la descripción del cuidado de los ganaderos por "mantener las mejores razas o generaciones, por haber observado, que los de ciertas descendencias salen más bravos". Calculaba el autor que había en Ejea de los Caballeros unas mil cabezas de vacuno de las que 200 eran "toros bravos de plaza, novillos y añojos".  Según este dato la cabaña brava había descendido en número pues, en 1768, según cifras aportadas por José María de Cossío, y obtenidos de los informes recabados por el conde de Aranda, había en la villa aproximadamente 1.070 cabezas. Las prohibiciones impulsadas por los ilustrados debieron de causar un marcado descenso en la demanda de reses bravas. Y sigue con un dato de interés cuando afirma que "no es de plaza  un toro que no haya cumplido cuatro años y medio cuando menos". Cada cinco años se solían vender medio centenar de toros, a razón de 800 reales cada uno "que es el precio regular poniéndolos en las plazas", de manera que cada año se ganaban en la villa unos 40.000 reales procedentes de dichas transacciones, sin contar las reses desechadas y enviadas al matadero que se vendían a 400 reales cada una. Si se comparan precios, más caros eran los toros de Sevilla, vendidos para corridas, pues por la misma época, según Adrian Shubert, tenían un precio que oscilaba entre los 1.250 y 1.750 reales.

12 comentarios:

  1. Entonces los toros y el ganado vacuno eran una buena fuente de riqueza para esta localidad.
    Un saludo.

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  2. Los toros me gusta contemplarlos sin más. En cuanto al precio, y teniendo en cuenta el nivel de vida de aquella época, quien tenía ganado gozaba de un buen capital. Quizás ahora también, visto cómo está el patio.

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  3. Eran otros tiempos para el arte de los toros...
    Saludos

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  4. Si se tiene en cuenta que un jornal se pagaba a cinco o seis reales puede uno hacerse cierta idea. 40.000 reales era mucho, desde luego.

    Reciba mis saludos, señor de Valverde.

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  5. No crea usted, doña Amaltea, que no son pocos los ganaderos que pasan grandes aprietos.

    Mis saludos.

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  6. Como dice nuestra amiga Carmen, eran otros tiempos para este arte tan arraigado en nuestra cultura. Creo sinceramente que es ahora en estos tiempos turbios que corren, cuando se está sacando a la luz el tema de la tauromaquia con fines más partidistas que de auténtico interés por el animal en sí.
    Un saludo y como siempre, una entrada muy interesante.

    Pd. Discúlpeme si no me he pasado todo lo que yo quisiera por su blog, mis recientemente adquiridos deberes paternales no me han dejado mucho tiempo :-))

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  7. Veo que ya en aquellos tiempos lejanos había preocupación entre los ganaderos por la mejora de la casta.
    Saludos cordiales.

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  8. Entiendo, por lo que usted nos cuenta, que entre los defectillos de los ilustrados de entonces estaba el de no apreciar nuestra fiesta, llegando a imponer algunas prohibiciones... ¡Lástima que, quienes ahora se empeñan en lo mismo no sean precisamente ilustrados!
    Un taurino saludo, amigo.

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  9. Así es señor de Mingo. La tauromaquia representa unos valores que ya, desgraciadamente, no se llevan. Y simboliza, lo español. Tanto como las pinturas de Velázquez, el Quijote o la obra de Picasso. La mentalidad liberticida de muchos no quiere ni lo uno ni lo otro.
    Y no tiene usted que disculparse que lo primero es lo primero.

    Reciba mis saludos.

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  10. Es una de las cuestiones que más me han interesado del texto, señor DLT. Y también la edad de los toros destinados a la plaza que es muy adecuada.

    Reciba mis saludos.

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  11. Entre los prohibicionistas de ahora y Campomanes o Jovellanos hay un abismo. Son de una naturaleza distinta.

    Mis saludos don Francisco.

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