miércoles, 16 de noviembre de 2011

LOS LOBOS DEL INVIERNO DE 1857

En el invierno de 1857 hubo intensas nevadas. Manadas de lobos barrieron el valle de Carranza y los páramos de Villalta, en Burgos, "dando feroces aullidos acosados por el hambre y cebándose en los ganados y aun en las personas", según informaba La Iberia. Los vecinos recorrían los montes en diferentes partidas. Cabe imaginarlos envueltos en mantas y capotes pardos, en medio de la cellisca. Siempre los inviernos antiguos nos parecen más fríos. Daba cuenta el diario, además, de lo ocurrido al cirujano de Escóbados de Abajo que, cuando iba camino de un pueblo cercano, fue atacado y devorado por una manada. Se defendió valientemente, con escopeta y sable, pues acabó con cinco lobos antes de morir.

20 comentarios:

  1. Es lo que tiene el hambre y las privaciones, que nos convierte a todos en lobos, incluso a ellos.
    Un saludo.

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  2. Caramba! Menuda historia la de los lobos. Y el cirujano vendió cara su vida. Imagino que si mato a cinco, la manada debía ser de al menos cuatro veces más...

    Y tengo algo para usted estimado amigo. Pase por mi blog de Mallorca cuando quiera ;-)

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  3. Que bárbaro, para aventurarse por esos páramos salvajes en ese tiempo, seguro que en aldeas pequeñas deambularían de noche hasta por sus calles buscando alimento. Una manada grande, ni mastín con carlanca se salvaba.

    Saludos.

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  4. Da frío solo de pensar como serían aquellos inviernos tan duros, con nevadas como aquellas. Parece que antes los inviernos eran más fríos, con nevadas enormes y con más hambre. Me han contado historias de lobos, que entraban en los pueblos y los perros tenían que salir huyendo porque se los comían.
    Un saludo.

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  5. Qué buena apreciación la de Cayetano. El abuelo de mi marido sufrió también el ataque de un lobo (en este caso solitario) en las tierras de labor que entonces rodeaban a una Zaragoza mucho más pequeña. Los inviernos del pasado eran fríos y largos, con muy poco espacio para los cuentos, pero se han ido convirtiendo en leyenda. Todavía mi suegro cuenta la misma historia cada Navidad. Afortunadamente, cuando hay niños pequeños, esas historias siguen teniendo encanto y emoción (la que ellos llevan en los ojos).

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  6. Uno de mis animales favoritos. Cómo se nota que nunca he tenido que enfrentarme a ellos!

    Feliz día

    Bisous

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  7. El lobo y su leyenda. En las sierras españolas el lobo ibérico abundaba. Con armas más sofisticadas los ganaderos le persiguieron implacablemente hasta erradicarlo en muchas comarcas.
    Hoy, al estar los ganaderos subvencionados, ya no hay problemas de los ataques a las ovejas. Cerca de Madrid, en la vecina sierra de Guadarrama, ha vuelto a verse en sus campos. En los inicios del siglo XX había buenos cazadores de lobos en esta sierra, como el Tío Francachelas. Recuerdo en los Picos de Europa, en Caín, un lugar llamado el Chorcu del Lobo, lugar de trampas para cazarlo, arrincpnándolo en un apresco paro, postriormente, matarlo a palos.
    Saludos.

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  8. Su comentario tiene, en esta ocasión, un aire muy hobbesiano don Cayetano.

    Mis saludos.

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  9. Es usted muy amable, don Lorenzo.Le agradezco de verdad su generosidad.

    Y el cirujano se portó como un valiente.

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  10. Pues sí que se cuentan historias de lobos paseándose por las aldeas e incluso intentando entrar en las casas. Son historias tremendas.

    Saludos don Eduardo.

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  11. Qué interesante sería, señor de Valverde, si fuera posible leer alguna de esas historias.

    Mis saludos.

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  12. Ser cercado y atacado por lobos dicen que es una de las experiencias más terroríficas que puede pasar una persona. Es además una trance arcaico, antiquísimo. Muchas gracias por este interesante suceso.

    Mis saludos doña Olga.

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  13. El lobo difícilmente deja indiferente. Es una fiera atávica, de bosque antiguo.

    Mis saludos Dame Masquée.

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  14. Es muy interesante lo que usted refiere, don Juan. Los lobos han sido muy abundantes también aquí,en la provincia de Jaén, y todavía existen en Sierra Morena. Ellos sí que pertenecen a la vida antigua.

    Mis saludos.

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  15. Qué razón tiene. Siempre los inviernos antiguos nos parecen más fríos. Y entiendo por antiguos también los del pasado siglo XX en sus primeras décadas. Un abuelo mío fue médico rural en tierras alcarreñas. Mi padre me contó que en el pueblo en el que vivió de niño, en un gélido invierno de los años treinta, todo cubierto de nieve, tanto los lobos como los buitres se atrevían a bajar hasta el pueblo en busca de comida y que a los primeros no era fácil ahuyentarlos. Del hambre que tendrían. Debía ser de impresión para un niño ver desde la ventana de su casa como los lobos deambulaban por las calles y plazas del pueblo en un día de ventisca. Qué mundo tan distinto al nuestro y qué bien que usted no recuerde como era. Un saludo.

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  16. Las vivencias de nuestros abuelos hace menos de cien años no fueron, en muchos aspectos, diferentes a las de siglos pasados. En España se vivía en la modernidad más absoluta y, a pocos kilómetros y al tiempo, en un mundo no muy diferente al del siglo XVI.

    Saludos señor DLT.

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  17. Inviernos fríos y lobos hambrientos, una realidad que sólo imaginarla le salen a una sabañones en las orejas; los lobos son, tal como bien dice, un interruptor atávico que nos pone en guardia y nos trae a la memoria leyendas antiguas.

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  18. Terrible muerte la de este cirujano. Un relato que nos retrotrae a aquellas historias sobre lobos que nos contaban nuestros abuelos y que luego Felix Rodríguez de la Fuente desmintió en su obra maestra televisiva.

    Un regio saludo.

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  19. El lobo de los cuentos, de los pliegos de cordel y de canciones como la de "cinco lobitos tiene la loba".

    Saludos doña Amaltea.

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  20. Fue muy importante Rodríguez de la Fuente pues, por medio de la televisión y de la calidad de su trabajo, consiguió que la gente viese la fauna no como un enemigo a batir sino como un valioso patrimonio de todos. Después la idea del lobo bueno no es nueva, recordemos las florecillas de san Francisco, en las que el lobo al principio era bastante fiero pero que se amansó con la acción del Santo.

    Saludos Carolus II.

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