domingo, 30 de octubre de 2011

MÁS SOBRE LAS ÁNIMAS DEL PURGATORIO

No eran como los fantasmas de los relatos victorianos que parecían dar bandazos, sin saber muy bien la razón, asustando a institutrices de buena familia venida a menos y a jardineros de pocas palabras. Las ánimas del Purgatorio, a diferencia de los espectros al uso, que esperaban al final de la escalera, resultaban perfectamente explicables para el labrador más sencillo. Su existencia no estaba bajo lo más terrorífico que siempre es lo absurdo. Aparecían, además, representadas aquí y allá en pinturas, a veces en lienzos bien grandes, colgados en muchas iglesias. También en estampas baratas que se colocaban en los dormitorios junto a los escapularios de la Virgen del Carmen. La devociones que podían facilitar su salvación se encauzaban a través de cofradías muy activas. Las ánimas del Purgatorio, sin embargo, daban miedo, producían asombro, que así se se llamaba al espanto en los siglos XVI y XVII. Hay testimonios literarios al respecto. En La dama boba, de Lope de Vega, aparece una mujer que afirmaba tener miedo hasta de las ánimas pintadas en los cuadros y que "la noche de difuntos/no saco de puro miedo la cabeza de la ropa". Ruidos inexplicables y hechos insólitos se atribuían a las ánimas, de igual manera que a los duendes, que no todos eran celtas como muchos piensan. Si a uno le tocaba pasar por este apuro, el de encontrarse con una de ellas, lo reglamentario era, según se decía, pronunciar con la mayor presencia de ánimo:  "si eres alma del otro mundo, dime a lo que vienes y lo que quieres". Buscaban, las pobres, llamar la atención de los vivos en busca de sufragios.También un valedor para cumplir una promesa pendiente. Bien se ve que la gente antigua hacia honor a su palabra hasta después de muerta. Lo tenían a gala. Las ánimas daban miedo, es verdad, y también daban pena.

8 comentarios:

  1. Daban miedo las ánimas, sino ahí está la leyenda del monte de las ánimas de Bécquer, si se lee de noche y con poca luz da pavor imaginar las escenas que allí se narran.
    Un saludo.

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  2. En esto de las ánimas, nuestro ilustre don Ramón María del Valle Inclán, en sus "Comedias Bárbaras", ambientadas en una Galicia supersticiosa y feudal, se luce literariamente hablando, creando un ambiente mágico muy propicio para la aparición de la Santa Compaña.
    Un saludo.

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  3. Es muy oportuna su referencia señor de Valverde. Leí por primera vez la leyenda que usted refiere, cuando tenía pocos años, y me pareció terrorífica. Imagino que por su tierra también celebrarán el día de los Santos ya que, por lo que leo en su blog, tienen una gran riqueza en tradiciones.

    Muchas gracias y mis saludos.

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  4. De igual forma su referencia es perfecta, don Cayetano. También el "Jardín umbrío" de Valle Inclán cita las almas en pena. El ambiente brumoso del norte cuadra muy bien con estos asuntos.

    Muchas gracias y mis saludos.

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  5. Que daban miedo, como todo lo desconocido e incompresible, es natural que fuese así; que daban pena, y ésta mueve a la devoción y la piedad también. No hay más que entrar en cualquier iglesia antigua. No falta en ninguna de ellas el cepillo para las almas del Purgatorio. Un saludo.

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  6. El miedo quedaba un tanto atenuado, creo yo, debido a que su presencia tenía explicación. La teología católica tiene un lugar para las ánimas. A diferencia de las sombras del mundo antiguo, desgraciadas a vagar por la eternidad o los fantasmas de los relatos modernos.

    Saludos señor DLT y gracias.

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  7. De peuqeña mi padre me metía el miedo en el cuerpo relatándome hechos de aparecidos, leyendo Las leyendas de Becquer a la luz de una vela y diciéndome que a él su padre, ya faleccido, le iría a ver a la cama durante la noche de Todos los Santos. Desde entonces tengo un miedo atroz a esa noche. Trauma infantil debe ser...
    Saludos

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  8. Yo que fui un niño de los años sesenta veía, no sin cierta prevención, las representaciones de Don Juan Tenorio en Estudio 1. Y lo de las campanas toda la noche con el toque de difuntos. Era para encoger el ánimo del más valiente.

    Saludos y muchas gracias.

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