lunes, 22 de agosto de 2011

UN OFICIO DEL CAMPO: EL VELADOR

 Sus tareas son descritas por Manuel Halcón, marqués de Villar del Tajo, gran conocedor de la vida del campo, en su novela Ir a más.  El velador vigilaba a los mulos durante la noche. Ocupaba un puesto modesto en la larga jerarquía de oficios agrícolas, sin duda por lo sacrificado de sus circunstancias. No carecía, sin embargo, de gran responsabilidad por el elevado valor de las yuntas, capaces de procurar un sobrado sustento a las familias labradoras. Comenzaba su labor por la tarde, al dar de mano los gañanes. Entonces el velador iba con las caballerías al pilar para que bebiesen. Después las conducía a las rastrojeras donde eran trabadas. Era fundamental que pastasen para reponer fuerzas. Si al día siguiente los animales no bebían del pilar era señal de enfermedad o de haber pasado la noche entre pasto esquilmado. No era esto de buenos veladores. Antes de oscurecer, el velador debía elegir dos mulos a los que colocaba sus correspondientes esquilas. Su sonido en la noche marcaba el terreno   evitando que los animales se desorientasen y perdiesen en la oscuridad. Era obligado que todo buen velador conociese los nombres, señas y temperamento de los mulos, tan variados como los de las mismas personas. Es sabido que hay mulos nobles y taimados, otros son tranquilos y nerviosos, dóciles y rebeldes, pacíficos y mordedores. La coz de una res herrada podía ser de funestas consecuencias. Respecto a los nombres cito, como ejemplo, varios que leo en un libro del siglo XIX: Generala, Capitana, Briosa, Carbonera, Valerosa, Pastora o Peregrina. No son, sin embargo, de animales de labor sino de mulas de diligencia.

13 comentarios:

  1. Un animal que se va sin duda perdiendo, los diferentes tipos de híbridos de los cruces entre burros y caballos y que han ayudado en sus labores al hombre durante casi toda su historia. Me viene el recuerdo de la película "Bailando con lobos", cuando un grupo de guerreros indios cose a flechas a un carretero y al hombre solo se le oye pedir por que no maltraten a sus mulas.

    Saludos.

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  2. Debía ser entonces un trabajador imprescindible en posadas de ciertto renombre o compañero infatigable de los arrieros. Aunque imagino que estos ejercían la labor de veladores, comerciantes y transportistas a un tiempo.

    Saludos

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  3. El mulo ha sido una ayuda imprescindible. Y en el origen de la fortuna de muchas familias labradoras hay muchas veces una buena yunta. La referencia al western es siempre afortunada don Eduardo.

    Saludos.

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  4. Y sobre todo en el campo abierto, doña Carmen. Lo mismo que ocurre con el pastor, el velador debía de ser hombre tranquilo y dado a largos silencios en las noches.

    Saludos.

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  5. No se porque al leer el anunciado creía que nos iba a hablar de serenos nocturnos.

    Curioso oficio el que nos trae hoy, ya extinto, como tantas cosas en el campo.

    Demostrado es, que todo avanza y evoluciona, pero estos trabajos tienen un deje melancólico que seguro que muchos que no gustan del trato con humanos quisieran hoy dia...

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  6. Supongo que como en los tiempos modernos, en los antiguos el cuidado, mantenimiento y vigilancia de las propiedades era trabajo de importancia. Y el ganado era entonces propiedad muy estimada. Un saludo.

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  7. El velador era, a su manera, un sereno. Y éste sí que es un oficio ya perdido.

    Muchas gracias por sus siempre certeros comentarios, don Lorenzo. Y saludos.

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  8. Las mulas eran muy caras, alcanzaban altos precios. El paso de jornalero del campo a poseedor de una yunta era una verdadera muestra de ascenso social.
    Un cordial saludo señor DLT. Y muchas gracias.

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  9. Interesante amigo. Eran doctos como catedráticos estos hombres de campo que sabían todo de la psicología animal.

    Saludos desde la imperial Viena.

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  10. En la Viena de los Habsburgo debe de estar usted en su elemento natural.

    Saludos.

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  11. Desde luego que sería de los más terrible viajar en aquellos años. Los viajeros y caballeros andantes ya tenían experiencia de ventas y mesones, basta con leer el Quijote.
    Saludos.

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  12. Muy interesante es la intrahistoria que decía Unamuno y la historia de la vida cotidiana para comprender la historia total. Muchos historiadores escriben esa historia total, pero deben de basarse en estas pequeñas historias tan fundamentales para conocimiento de todos los aspectos.
    Saludos.

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  13. El concepto de intrahistoria de Unamuno es imprescindible si se quiere conocer el pasado de la gente. También Azorín tenía un concepto muy similar.

    Muchas gracias don Juan. Y saludos.

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