sábado, 14 de mayo de 2011

GANAPANES

1649 fue año de peste. Leo una relación anónima de las calamidades padecidas en Sevilla. Junto a tantos muertos, desconsuelos y espantos, el desconocido autor dice: "vide a un abogado que auia sido juez lleuar un cuarto de carnero, i a mucha gente honrada cargada con las cosas necesarias, por que no auia de quien valerse". Así se hace constar como prueba irrefutable del desastre de los tiempos.

En aquella época la gente principal, o todo aquél que se tuviese por tal, no llevaba bajo el brazo ni el más liviano paquetillo. No era sólo por comodidad, que también, sino por aparecer ante el mundo con la compostura adecuada y mostrar cierta noble ociosidad. Se podía portar, sin asombro de nadie, muleta, vara de justicia, aderezo completo de espada y daga, un misal, un memorial o, incluso, una edición de Plutarco, pero no un carrueco, una talega o un azumbre de vino nuevo sin grave demérito de la estimación general. No digamos un cuarto de carnero, da igual si acecinado o exudando humores. Para estas servidumbres y otras mayores estaban los ganapanes. Recibían este nombre, según Covarrubias, "porque ganan el pan con excesivo cansancio, travaxo y sudor". Pero en esos días no quedaban ya pobretes de este cariz por las calles de Sevilla. Los más estaban en la huesa. Los transportaba la muerte sobre sus espaldas como los fardos que ellos habían llevado en vida. Lo que son las cosas. Otros estaban dando esquinazo a la Pálida siempre más astuta que los alguaciles del Número.

Y para terminar recordaré que en 1624 se daba cuenta, en el Cabildo municipal de Jaén, de la existencia de muchos pobres que decían "trabaxar en tercios, limpiar poços y otras cosas, hacen grandes daños y perjuicios a la republica, demás que han sucedido muchas muertes entre ellos".

La relación está en las Memorias de Sevilla, de autor anónimo, y editadas por Morales Padrón . La referencia a los pobres de Jaén se toma del artículo de Ángel Aponte Marín, "La picaresca en el Jaén del siglo XVII", publicado el 14 de mayo de 1989 en Diario Jaén.

16 comentarios:

  1. Luego nos quejamos de la crisis. Para tiempos difíciles, aquellos.
    Necesariamente culquier tiempo pasado no fue mejor.
    Un saludo.

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  2. Desde luego el tiempo pasado fue siempre durísimo, en especial para los más pobres.

    Muchas gracias don Cayetano y un saludo también.

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  3. Una importante parte de la población se dedicaría a estos menesteres de "excesivo cansancio, travaxo y sudor".

    Un saludo.

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  4. Que cosas nos descubre usted de las costumbres de antaño... No llevar ni un paquete ni fardo para no desentonar con la figura...
    Desde luego, hay que ver como han cambiado los tiempos....
    Feliz dia.

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  5. Sin duda alguna don Eduardo. Y a cambio de escasa paga.

    Saludos y gracias.

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  6. Creo que es en este tipo de detalles en lo que mejor se percibe el paso del tiempo. Más que en los propios avances tecnológicos.

    Saludos don Lorenzo y gracias.

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  7. Igual, para suerte de estos ganapanes, su parte en el carnero era la mejor, la más acecinada, como dice usted; que la pobreza y el hambre despierta mucho la listeza de quienes la padecen. Un saludo.

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  8. Pues es verdad ya que eran vivos como nadie, criados en la calle, doctorados en ingenio.

    Saludos, señor Desdelaterraza.Y gracias.

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  9. La honra de los grandes señores estaba por encima de todo en aquella época, el aparentar, incluso cuando ya no se era, resultaba clave en esta sociedad estamentalizada a todos los niveles. Una cruz de Santiago, una vara de mando te daba rango, llevar vino o carne en la mano te lo quitaba...las arte viles.

    Un regio saludo.

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  10. Bien lo sabe usted. En esos signos residía el tenerse por noble, al margen de lo que dijesen las ejecutorias.

    Saludos y gracias Carolus II.

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  11. Aquellos sí que eran tiempos de sufrimientos y no estos... Aunque, puestos a reflexionar, la Parca hacía poca distinción entre miembros del concejo, clérigos de noble cuna, damas de alto copete y ganapanes, "vagamundos" y rufianes de toda suerte y cariz.

    Saludos

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  12. Es verdad, con todo, los que tenían hacienda podía retirarse a sus cortijos y quintas donde las posibilidades de contagio eran menores. Los pobres, a veces se lanzaban a los campos, y allí se morían sin que nadie se atreviese a socorrerlos.

    Y el término vagamundo, que es el que aparece en los documentos como usted bien sabe, es mucho más lógico que el de vagabundo. Está muy bien que lo haya citado.

    Saludos y muchas gracias doña Carmen.

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  13. Años duros aquellos para los súbditos de la Monarquía Hispánica que también comenzaba su ocaso en aquellos aciagos años cuarenta del siglo XVII.
    Sin embargo Velázquez retrataría la pobreza de la época con una dignidad y un realismo como nunca antes se había hecho, su entrada me trae a la mente el cuadro del "aguador de Sevilla" o el "Buscón" de Quevedo...

    Muchas gracias y un saludo.

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  14. El siglo XVII si que fue un siglo duro duro: no le faltaba de nada, guerras, epidemias, malas cosechas y hambrunas. Entonces es cuando surge la expresión "pobres de solemnidad", porque realmente lo eran. Saludos cordiales.

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  15. Pobreza no es vileza pero empaña la pobreza, se decía en el XVII. Y su recuerdo de Velázquez es completamente acertado. El sí que ennoblecía cuanto reflejaba en sus obras.

    Muchas gracias señor de Mingo.

    Y saludos.

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  16. Es una expresión imponente, señor Hidalgo, la de pobre de solemnidad.

    Quedo muy agradecido y reciba usted mis saludos.

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