martes, 19 de abril de 2011

UN DEVOCIONARIO PARA CABALLEROS

El padre Remigio Vilariño, de la Compañía de Jesús, escribió El caballero cristiano, cuando ya la Restauración entraba en sus años finales. Se trata de un devocionario destinado, como indica el título, a hombres de las clases medias y altas. integrados en un universo tradicionalista o conservador. Tuvo un enorme éxito en su tiempo y se reeditó en numerosas ocasiones. Uno de sus seguidores más asiduos fue don Antonio Maura. Cuadraba muy bien esta lectura con el retorno a lo caballeresco que está en el fondo del maurismo.

Entre las muchas recomendaciones que aparecen en la obra tomo varias al azar que indican bien su tono y estilo, así: "Es sumamente honroso y provechoso para el alma el ayudar a misa" y no se debe considerar oficio sólo de monaguillos "sino también de caballeros". O al tratar sobre el examen de conciencia ha de preguntarse el caballero cristiano: "¿has desafiado, has aceptado desafíos, o cooperado, asistido, intervenido en ellos". Y en la misma línea: "¿Has dado satisfacción y pedido perdón si ofendiste?". Todo esto está muy lejos de nuestro tiempo aunque, si se piensa, no han pasado tantos años. Hay asimismo consejos sobre las lecturas, conversaciones y posiciones a tomar ante las elecciones, también condenas del caciquismo, advertencias sobre los peligros del juego, el derroche, las murmuraciones de casino y las malas costumbres. Además, como es propio en una economía todavía centrada en el campo, recoge el libro oraciones para pedir buen tiempo y para evitar las enfermedades de los animales. En fin, una lectura muy útil para conocer las formas religiosas vigentes en España hasta el primer tercio del siglo XX.


Edición consultada: Remigio Vilariño, S. I., El caballero cristiano, Bilbao 1952.

19 comentarios:

  1. Aquella España de la Restauración alfonsina que aún tenía sueños de grandeza, unos sueños que se esfumarían de manera terrible en 1898, en dos puntos tan alejados como eran Cuba y Filipinas, pero que constituían aún los símbolos de lo que una vez fue un Imperio en el que nunca se ponía el Sol. España, la triste España, entraba en su larga travesía del desierto, una travesía de la que aún no hemos salido....

    Un regio saludo.

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  2. Debe ser un documento interesante, sin duda, y más sabiendo que políticos de la talla de Antonio Maura lo apoyaban.
    Se me vienen a la cabeza decenas de escritos de autores de la Antiguedad, aconsejando las pautas a seguir para el buen funcionamiento de la sociedad, los famosos ESPEJOS DE PRÍNCIPES de la Edad Media, o el mismísimo Erasmo de Rotterdam escribiendo su Manual del Caballero Cristiano, así como otros muchísimos escritos más.
    Ahora, en cambio, los manuales que siguen los políticos sólo se preocupan por que tengan una buena imágen estética que es lo que prima, las actitudes, parece ser, dan un poco igual. No estaría mal un manual, de este estilo, para los políticos de la actualidad, ¿verdad?, :)

    Un saludo!

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  3. ¡Ay España!. Vieja, gloriosa y desventurada nación.

    Saludos Carolus II.

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  4. Ya lo creo Señor de Aparicio. Y Maura fue el político más decente y más lúcido de la Restauración y, me atrevería a decir, del siglo XX. ¡Si hubieran escuchado a Maura!.

    Saludos y gracias.

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  5. Me temo que unos cuantos devocionarios serían de útil provecho para nuestra sociedad actual, porque la pobre anda descarriada, sin ideas que vayan más allá de salir el fin se semana al centro comercial, más materialista que idealista y con menos visión de futuro que nunca, se vive el día a día y el pasado importa un bledo, lástima porque el pasado es el manual para el futuro. No quiero entrar en detalles,pero cómo vamos a ser los demás si los que nos dirigen son de cortas miras y entendederas....

    Un saludo y gracias por su artículo.

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  6. Parece que el espíritu del 98 sigue vivo.

    Reciba mis saludos y mi agradecimiento señor de Mingo. Por su comentario y por sus espléndidos escritos.

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  7. Desgraciadamente del dicho al hecho hay un gran trecho, y los devocionarios y otros libros de moral y urbanidad con las instrucciones que seguir para ser un buen cristiano unos; o ciudadano otros, no eran tenidos muy en cuenta ni siquiera por sus autores. “El tratado de las obligaciones del hombre” fue un librito escrito por el religioso don Juan Escoiquiz. Versaba sobre las buenas prácticas morales, urbanidad, higiene y otras cosas de mucho interés necesarias para un buen proceder; sin embargo Escoiquiz lo escribió, más no lo practicó ni él ni Fernando VII, pupilo suyo, que ya sabemos no fue precisamente un ejemplo de nada. Así a pasado tantas veces, que…
    Pero cuanto disfrutamos, amigo mío, leyendo y escribiendo sobre estas cosas de la historia. Un abrazo.

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  8. Por supuesto, señor Desdelaterraza, pero también es verdad que estos libros planteaban unas líneas de conducta y unos límites frente al todo vale. Algunos tuvieron además una enorme influencia, recordemos la Imitatio Christi de Tomás de Kempis, o el propio Manual del caballero cristiano de Erasmo. El de Vilariño era, lógicamente, más modesto.

    Y respecto a Escoiquiz y a su felón discípulo: ¡vaya pájaros!. Aunque dada la nula afición a las letras de Fernando VII poco le pudo influir el manualillo, ni para bien ni para mal.

    Y es verdad, señor de la Terraza, que bien se disfruta escribiendo sobre estas cosas y cambiando impresiones con unos lectores tan corteses e iustrados como ustedes.

    Saludos.

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  9. Una vieja costumbre la de adoctrinar y marcar el camino a las ovejas que tienden a descarriarse, como esos viejos manuales que nos hacían leer cuando eramos cachorros durante la dictadura: el niño aseado y educado que va a la iglesia y cede el asiento a las personas mayores, etc. Tratados donde se mezclaban las más elementales normas de urbanismo con la religión oficial.
    Un saludo.

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  10. De todas las maneras este tipo de libros son interesantes, al menos históricamente, para ver por donde iban "los vientos" en su época.

    Saludos.

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  11. No encuentro muchas diferencias con consejos que puedan darse hoy (incuso en enseñanza reglada como Ed. para la ciudadanía), salvo que es muy honroso ayudar en misa, no sólo para los monaguillos. Aquella España de principios de siglo ere excesivamente religiosa; ésta no tanto. Un cordial saludo.

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  12. El libro de Vilariño es anterior al franquismo, aunque se reeditó durante dicho régimen. "El caballero cristiano" cuadra más con el ethos de la aristocracia y de la clase media tradicional de la Restauración que con el de la generación de la guerra y de la posguerra. La urbanidad, por otra parte, y adaptada a los tiempos en lo posible, naturalmente, no deja de echarse de menos en muchas ocasiones.

    Muchas gracias por sus comentarios y saludos don Cayetano.

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  13. Estoy de acuerdo, don Eduardo. Son una valiosa fuente bibliográfica.

    Saludos cordiales y gracias por sus comentarios.

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  14. Sus impresiones son muy certeras, señor Hidalgo. Quiero también recordar que durante la Restauración había una libertad de pensamiento casi total, y no inferior a la de cualquier país occidental de su tiempo, con las limitaciones de la época. Ahora se piensa de otra manera.

    Muchas gracias por su comentario y saludos.

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  15. ¿Por qué entonces era de tan buen ver el calificar a los hombres de "caballeros" con el adjetivo de "cristianos" y ahora en cambio son palabras apolilladas y viejas? ¡Cómo cambian los tiempos!

    Saludos

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  16. La condición de caballero cristiano está en la naturaleza de determinadas personas, por pocas que sean. Por herencia, por temperamento o por elección consciente. Las formas han cambiado pero el fondo está ahí, no le quepa la menor duda. Son muchos los siglos y están muy arraigados ciertos valores para que desaparezcan como un fuego de artificio. Otra cuestión es que no sean buenos los tiempos para esta visión del mundo.En fin.

    Gracias doña Carmen, reciba mis saludos.

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  17. Interesante entrada amigo. Pero lo que no me ha quedado muy claro es en...

    "y posiciones a tomar ante las elecciones"

    ...A que se refiere, ¿las elecciones politicas o las elecciones en las cosas de la vida diaria y mundana? No lo he acabado de entender.

    Un cordial saludo.

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  18. Se refiere al voto. Decía que el buen católico no podía dar su apoyo a partidos anticlericales o contrarios a la Iglesia.

    Por cierto, Antonio Maura era mallorquín.

    Saludos don Lorenzo.

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